El término gótico fue empleado por primera vez por los adinerados del renacimiento, en sentido peyorativo, para referirse al arte de la edad media, al que ellos consideraban inferior y bárbaro (gótico deriva de godo) comparado con el arte clásico.
A pesar de ser una continuación del Románico, en el Gótico se aprecian actitudes bastante diferentes e incluso opuestas. Si el Románico es conocido por su oscuridad y recogimiento, el Gótico implica todo lo contrario, luz, color, elevación, expresividad y naturalismo.
El Gótico, como todos los estilos artísticos, tiene variantes regionales. Como ejemplos podemos hablar de la escuela francesa donde destacan las catedrales de Notre-Dame de París, Sens, Chartes, Laon, Reims y Amiens o la Saint-Chapelle levantada por san Luis.
La escuela española destaca por las catedrales de León, Burgos, Toledo, Gerona, Barcelona o Sevilla.
La escuela portuguesa con los monasterios de Belem y Batalha o la iglesia de la Orden de Cristo en Thomar.
En Alemania es famoso por las catedrales de Colonia, Estrasburgo o Ulm. Mientras que en Inglaterra cuenta con las catedrales de Gloucester, Salisbury o Lincoln.
En cuanto a la escuela italiana, podemos diferenciar un gótico más revolucionario, contra el tradicional en la catedral de Santa María de las Flores de Florencia, o un estilo más próximo al gótico europeo como en la catedral de Milán.
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